¿Para quienes es el Coaching?

No todas están preparadas para llevar a cabo un proceso de Coaching, para un proceso verdaderamente provechoso es necesario tener un cierto grado de desarrollo emocional, se requiere de valentía para confrontarnos y sobre todo ser sincera con una misma.

No todas estamos preparadas para cuestionarnos a nosotras mismas, sobre nuestras creencias con las que hemos vivido tantos años, indagar en nuestro interior, preguntarnos por el porqué de nuestras decisiones, ser capaces de implementar acciones nuevas en nuestra vida, dejar salir nuestras emociones…

De hecho, no todo es tan bonito: tras una o varias sesiones de coaching puedes llegar a sentirte triste, porque te encuentras con tu verdad, con tu dolor, con eso que no querías ver en tu vida.

Cambiar muchas veces es doloroso, significa dejar cosas atrás, abandonar tu vieja identidad y sumergirte en un mundo nuevo, lleno de retos nuevos, riesgos, miedos y mucha incertidumbre.

También se trata de un trabajo interno que requiere un cierto esfuerzo y disciplina por tu parte. No se trata de recetas rápidas ni fáciles, sino de un verdadero proceso de transformación. Muchas veces no verás resultados enseguida e incluso te parecerá que estás retrocediendo, en vez de avanzar. Aquí la clave es confiar, persistir y atravesar miedos y momentos cruciales nada sencillos.

Sin embargo, una vez terminado el proceso, obtienes grandes recompensas  ya que realizas cambios profundos que te servirán en todos los ámbitos de tu vida, te conviertes en una mejor versión de ti misma, adquieres mayor seguridad redescubriendo que tienes todas las capacidades, habilidades y fortaleza para lograr todo lo que te propongas.