10 cosas que aprendí en un año de Pandemia

Ha transcurrido exactamente 12 meses desde que inició en nuestro país esta pandemia que aún no se acaba, fue en el mes de marzo 2020 que todo lo que conocíamos desapareció de un día para otro: nos mandaron a trabajar desde casa, cerraron escuelas, oficinas, restaurantes, cines, parques, gimnasios, cualquier sitio público donde pudieran estar más de dos personas dejó de funcionar.

Hoy, todavía tenemos miedo de contagiarnos, incertidumbre de lo que pasará, de cuando llegarán las vacunas para volver hacer aquellas cosas que tanto disfrutábamos y que dimos por sentado casi toda nuestra vida, sin embargo, todos y cada uno de nosotros hemos descubierto experiencias, emociones, situaciones que nos han hecho reflexionar sobre las personas que somos el día de hoy debido a esta Pandemia.

Quiero decirte que tampoco ha sido fácil para mi, algunas veces estoy bien otras no tanto y aunque este período de vivir encerrada me unió más a mi familia, sigo batallando con algunas emociones que de vez en cuando surgen. Con toda seguridad te puedo decir que a pesar de los momentos no tan agradables, este año me ha dejado grandes aprendizajes que hoy te quiero compartir:

1. Saber qué es lo más importante

Dejé de enojarme y frustrarme por situaciones que no están en mi control solucionar, como por ejemplo: lo que piensan los demás de mí, problemas en el trabajo que tienen solución pero que me agobiaba imaginando los peores escenarios, querer que todo saliera perfecto, esperar que los demás hicieran las cosas con el mismo nivel de exigencia con que yo lo haría. Hoy, lo importante para mí es enfocarme en todo lo bueno que hay en mi vida, mientras mi familia y yo estemos bien todo va a estar bien, que los problemas por muy complicados que sean siempre tienen solución.

2. Oportunidad de aprender

Algo positivo que ha dejado esta pandemia es implementar una nueva forma de aprender, ya no es necesario estar fìsicamente en un salón, la industria del conocimiento se ha revolucionado de tal forma que se puede asistir a un webinar o a una clase virtual aun viviendo del otro lado del mundo. Hoy, una persona puede aprender algo nuevo desde la comodidad de su casa, sin invertir dinero y tiempo en traslados, se puede aprender en una clase en vivo o grabada, invirtiendo dinero o accediendo gratuitamente. No se necesita más que la firme intención de incrementar nuestros conocimientos para hacerlo.

3. Importancia de tener buena salud

No solamente para estar sana sino también para fortalecer mis defensas, enfrentar el nuevo mundo que estamos viviendo, mantenerme activa para que mi estado de ánimo no decayera, fue algo que realmente me ayudó a enfocarme para continuar haciendo ejercicio a pesar de que los gimnasios cerraran. También me ayudó a darme cuenta de la importancia de ser disciplinada para obligarme a hacer ejercicio a pesar de que hubo semanas en que lo único que quería hacer era acostarme a ver netflix y comer de todo.

4. Empatía

Empatía para entender que no todos reaccionamos de la misma forma. Hay personas que supieron sobrellevar mejor esta situación y otras que a pesar de estar bien no tuvieron la fortaleza emocional para enfocarse en lo positivo que hay en sus vidas. En lugar de criticar o decirles simplemente: “no tienes de qué preocuparte”, entendí que lo mejor era entender y escucharlos, sin dar ningún consejo -a menos de que me lo pidieran-, cada persona responde de forma diferente, aprendí a no juzgar y entender lo que cada persona está viviendo.

5. Ser agradecida

Al enfocarme en todas las cosas positivas que hay en mi vida me ayuda a restar atención a las situaciones que no están en mi control, agradecer desde lo más mínimo que tengo como poder abrir los ojos o moverme por mí misma, me hace ser más consciente de lo bendecida que soy y me permite disfrutar más mi día a día, a pesar de que hay momentos en que pareciera que todo nos está saliendo mal.

6. El valor del tiempo

Todo se puede acabar de un momento a otro, la vida que conocíamos, las actividades que realizaba rutinariamente y que no valoraba de repente hicieron que yo extrañara actividades como ir a entrenar, tomar un café al aire libre, una fiesta familiar, ir al cine, salir a cenar, reunirme con mis amigos. Aprendí que no me puedo permitir posponer más las cosas que siempre había querido hacer porque pensaba: el siguiente lunes, la próxima vez que salga de vacaciones, el próximo fin de semana…

Llega un momento en que puede que no haya un después, es por eso que decidí empezar a escribir sobre todas las cosas que he aprendido e implementado en mi vida para ser una mejor versión y decir a los demás: si yo puedo hacerlo, por supuesto que tu también puedes, tomé el valor para hablar en vivo frente a una cámara a pesar del miedo y de la inexperiencia, porque entendí que tal vez el “después lo hago” puede que no llegue.

7. Disfrutar al máximo cada momento

Cuando empezaron las noticias de gente más cercana que se estaba enfermando, entendí que nunca se sabe cuando será la última vez que harás alguna cosa, como por ejemplo, dar un abrazo, estar presente con aquella persona que te está platicando algo importante, ir a la playa, comer tu comida favorita, disfrutar de una reunión familiar, cualquiera que sea la actividad que hagas disfrutala al máximo porque no sabes cuando será la última vez que la realices.

8. Se vale no estar bien todo el tiempo

Por más que nos enfoquemos en todo lo positivo que hay en nuestra vida y agradezcamos todo lo que tenemos, el constante encierro afecta emocionalmente, y esas emociones hay que dejarlas salir, no reprimirlas para que no se conviertan después en algún dolor físico o enfermedad. Date permiso de no estar bien, es normal sentirnos tristes o desanimadas. Ubica cual es la razón de esa emoción y entiende que es perfectamente normal el sentirse de esa forma en algunas ocasiones

No es egoísmo ponerte como prioridad, pensamos que tenemos que cuidar de todos los demás para estar tranquilas: pareja, hijos, papás, hermanos, trabajo, dejando de último a nosotras mismas, no hay nada más desgastante que estar de última en nuestra lista de prioridades. Para poder dar lo mejor tenemos que cuidar nuestra salud física, mental y emocional.

Si es necesario ponerte de acuerdo con alguna otra persona para que se encargue de tus tareas en casa por el tiempo que necesites para darte un espacio y cargar energía, hazlo, no es egoísmo, es el más grande acto de amor que puedes darle a tu familia, el estar bien para seguir dando lo mejor de ti es la mayor prueba de amor que les puedes regalar.

9. Atreverme a hacer cosas diferentes

Escribir un blog exponiendome a decir lo que pienso y lo que siento, decirlo en voz alta frente a una cámara en vivo y ser vulnerable frente a personas que no me conocen, mi deseo de ayudar a los demás fue más importante que cualquier miedo o duda que pude haber tenido, con el simple hecho de que una persona lea o escuche lo que digo y que eso provoque un cambio en su forma de pensar es lo más importante para mi. El miedo a “que van a pensar los demás” pasó a último término, y definitivamente no lo habría hecho si este último año hubiera sido como cualquier otro.

10. Reconectar con mi familia

Poder hacer cosas como comer, hacer ejercicio, en fines de semana sacar una mesa y sillas a la terraza para ver algún concierto o programa mientras cenamos, festejar cumpleaños, hacer reuniones por zoom para convivir con primos, tíos, se hizo común. Esta pandemia me ayudó a reconectar de una forma diferente con mi familia y hoy somos más unidos.

Nadie sabe exactamente cuándo podremos salir para hacer nuestras actividades sin tapabocas y dejar de escuchar noticias de personas que no la están librando, lo que sí sé es que gracias a este nuevo mundo he descubierto nuevas fortalezas que no sabía que tenía y que fue necesario haber vivido situaciones completamente diferentes en esta pandemia.

¡DDC y utiliza todo lo que aprendiste a tu favor!

Post a Comment: