Cómo superar la negatividad que te rodea

¿Eres de los afortunados que todas las personas con las que convives diariamente, ya sea virtual o físicamente son positivos, llenos de entusiasmo por vivir la vida al máximo y por consiguiente te contagian de su energía para dar lo mejor de ti en tu vida personal y profesional? Si es así, entonces este blog no es para ti.

Si por el contrario, estás atrapado en un ambiente en donde el tema común son las malas noticias, la queja, el chisme, entonces te voy compartir unos consejos para no caer inmerso en esa negatividad y evitar a toda costa te contagien de estas emociones que pueden ser muy dañinas para tu salud y tu productividad.

La negatividad está en todas partes, desde el momento en que te levantas escuchas noticias, revisas tus redes sociales, en todas las reuniones a las que asistes abundan los comentarios sobre quien sí trabajó, quien no hizo lo que le correspondía, quien llegó tarde, la mal que está la situación económica, etc, etc. Y toda esta plática negativa se da incluso a lo largo de lo que podríamos considerar un “buen día”. Nadie se levanta de la cama y piensa: ¿Qué puedo hacer para fastidiar al resto? o ¿Me sentiré mejor si hago que los demás se la pasen mal?.

Todos los seres humanos tenemos tres necesidades emocionales básicas:

  • Paz
  • Amor
  • Comprensión

La negatividad, muy frecuentemente es el resultado de una amenaza para esas tres necesidades básicas:

  • Miedo a que pasen cosas malas (pérdida de la paz)
  • Miedo a no ser queridos (pérdida del amor)
  • Miedo a que nos falten al respeto (pérdida de la comprensión)

La negatividad es contagiosa

Nuestro cerebro prefiere evitar el conflicto y el debate e instalarse en la comodidad de la afinidad. Eso no es malo, si por ejemplo estamos rodeados de gente positiva y feliz. Pero si estamos rodeados de chismes, conflictos y negatividad, empezamos a ver el mundo en esos términos. El instinto de evitar el conflicto tiene un enorme impacto en nuestras vidas. Y cuanta más negatividad nos rodea, más negativos nos volvemos.

Creemos que quejarnos nos ayudará a procesar la ira, pero investigaciones demuestran que hasta las personas que dicen sentirse mejor después de desahogarse siguen siendo más agresivas que quienes no lo hacen (Brad J. Brushman, ¿Desahogar la ira alimenta o extingue la flama?). Tener un estrés prolongado, como el que genera quejarse, encoge el hipocampo, la región del cerebro que interviene en el razonamiento y la memoria. El cortisol, la misma hormona del estrés que afecta al hipocampo, también perjudica al sistema inmunológico.

Tipos de personas negativas

Estamos constantemente rodeados de comportamientos negativos y nos hemos acostumbrado a ellos, por lo que el primer paso para evitarlos es identificarlos para tomar acción:

  • Quejumbrosos, a toda solución le encuentra un problema
  • Anuladores, a cualquier cumplido le ven lo negativo, si les dices: ¡te ves muy bien hoy! su respuesta puede ser: ¿quieres decir que ayer me veía mal?
  • Víctimas, todo el mundo está contra ellos
  • Críticos, juzgan a los que no están de acuerdo con sus ideas
  • Demandantes, todo el tiempo quieren tu atención
  • Competidores, siempre se están comparando con los demás, manipulan para que ellos o su decisiones parezcan mejores. Sufren mucho y por eso quieren deprimir a los demás, no se sienten suficientes y buscan minimizar a los demás para sentirse mejor con ellos mismos
  • Controladores, supervisan y tratan de gestionar el tiempo de sus amigos, familia, pareja, con quién lo pasan y qué decisiones toman

La finalidad de esta lista es ayudarte a identificar estos comportamientos cuando se te presenten. En lugar de juzgar el comportamiento negativo, intentamos neutralizar esa carga, o incluso convertirla en positiva. Por ejemplo, una vez que identifiques a un quejumbroso que no busca soluciones, te das cuenta de que tú no tienes porque proporcionárselas.

Estrategias para lidiar con la gente negativa

OBSERVA DE FORMA OBJETIVA

La negatividad es un atributo, no la identidad de alguien. El verdadero carácter de una persona puede estar oculta detrás de las nubes, pero, como el sol, siempre está ahí. Las nubes se pueden apoderar de cualquiera de nosotros. Es algo que tenemos que entender cuando tratamos con gente que transmite energía negativa. Cuando una persona te hace sufrir es porque sufre. Su sufrimiento simplemente se desborda y no sabe cómo canalizarlo de otra forma.

RETÍRATE POCO A POCO

A veces no es una persona lo que desencadena una energía negativa sino un objeto o un recuerdo que no nos deja estar tranquilos. Thich Nhat Hanh, es un monje budista considerado el padre del mindfulness, escribe: “El desapego nos da libertad y esta es la única condición para conseguir la felicidad. Si, en el fondo de nuestro corazón todavía nos asimos a algo. – la ira, la ansiedad o las posesiones -, no podemos ser libres”. Lo mejor que podemos hacer para evitar los desencadenantes físicos de pensamientos y emociones negativos, es alejar aquello que lo provoca, si no te liberas físicamente, tampoco lo harás emocionalmente.

EL PRINCIPIO DEL 25/75

Por cada persona negativa en tu vida, tienes tres que te enriquecen. En la vida como en los deportes, cuando estás con personas mejores que tú te obliga a elevar tus estándares, a progresar y ser mejor. Si no tienes la oportunidad de tener un círculo cercano de personas que enriquezcan tu vida, entonces buscalos. Eres el resultado de las personas con las que más convives en tu día a día.

DISTRIBUYE TU TIEMPO

Otra forma de reducir la negatividad si no puedes eliminarla es disminuir el tiempo que pasas con las personas con energía negativa. Nos vamos a enfrentar a ciertos desafíos solo porque les permitimos que lo sean. No tengas miedo de delimitar tu tiempo y espacio con las personas que no sumen a tu crecimiento.

NO SEAS EL SALVADOR

Si lo que todo mundo necesitas es que lo oigan, puedes escuchar sin gastar tu energía. Si tratamos de dar consejos nos desgastamos y decepcionamos cuando la gente no quiere escucharnos. El deseo de salvar a otros es egoísta. No dejes que tus necesidades determinen tu reacción. No te corresponde salvar al mundo ni al amigo más necesitado, podemos tener la mejor intención pero si no estamos preparados para brindar esa ayuda que necesita, podemos dejar las cosas peor de cómo las encontramos. Si no tienes las energías ni la experiencia para ayudar a alguien, puedes sugerir que se acerque con alguien que sí lo podrá ayudar.

¿Y qué pasa cuando la negatividad no viene del exterior sino de nuestro interior?

La mayoría de nosotros no nos damos cuenta de nuestros pensamientos negativos, y estos van creciendo poco a poco y sin darnos cuenta estamos en la lista de personas negativas que los demás evitan. Para liberarnos de ellos hay que trabajar en el proceso de conciencia, reflexión y enmienda. Este es el método las 3 D: Detectar, Detenerse y Desviarse.

DETECTAR

Cobrar conciencia sobre la negatividad significa aprender a detectar los impulsos tóxicos que te rodean. Para ayudarnos a afrontar nuestra negatividad hay que procurar no quejarnos, ni compararnos ni criticar. El ejercicio ideal es que intentes hacerlo durante una semana, y cada vez que caigas en alguno de estos malos hábitos anotarlo, al final del día te darás cuenta de cuantas veces incurriste en la queja, la comparación y la crítica. El objetivo de este ejercicio es reducir el número de veces conforme pasen los días, hasta llegar a cero.

Enumerar tus pensamientos y comentarios negativos te ayudará a descubrir su origen. ¿Estás juzgando el físico de una persona y eres igual de duro contigo mismo?, ¿criticas la poca colaboración de un compañero de trabajo sin considerar que tampoco tú aportaste mucho?. La envidia, la impaciencia o la desconfianza con respecto a otra persona reflejan tus inseguridades y esto puede jugar en tu contra.

DETENERSE

Cuando entiendes de donde se origina tu negatividad, lo siguiente es reflexionar sobre esto, tener más cuidado con lo que se dice y se piensa. Cuando elegimos mejor lo que decimos muy probablemente ya no tengamos tanto que decir y a veces los silencios suelen ser muy incómodos, nada es más sencillo que participar en una conversación donde se juzga a otras personas que usualmente no están para defenderse. Cuando decides detenerte en participar en este tipo de conversaciones va a generar que te liberes de la negatividad.

Detenerse no significa simplemente evitar el instinto negativo. Fíjate en lo que provoca tu negatividad, ¿envidias alguien conocido que esté en mejor forma física que tu? Toma esa envidia para saber qué puedes hacer para mejorar tu aspecto físico lo que resultará muy beneficioso para tu salud.

DESVIARSE

Una vez que detectes y detengas la negatividad que hay en tu mente, tu corazón y en tus palabras, puedes empezar a corregirla. Hay que ser conscientes que no es posible curarse completamente de ese vicio, pero se ha descubierto que la gente feliz acostumbra quejarse -conscientemente-. ¿Cómo es quejarse conscientemente?.

Mientras que quejarte todo el tiempo empeora la calidad de nuestra vida, se ha demostrado que escribir en un diario todo lo desagradable que nos pasa hace que prestemos atención a nuestros pensamientos y emociones, y eso fomenta el crecimiento y la curación, no solo desde el punto de vista mental, sino también físico. Bridget Murray, autor del artículo Escribir para sanar, dice: Para ayudar a las personas a manejar y aprender de sus experiencias negativas, el escribir sobre ello fortalece su sistema inmune y su mente.

Podemos ser más conscientes de nuestra negatividad siendo más concretos, tal vez lo que sentimos no es enojo sino decepción, si elegimos bien las palabras podemos lidiar mejor con nuestras emociones, no es lo mismo reaccionar desde el enojo donde podemos herir a una persona sin que se nuestra intención, a sentir decepción y ver quién o qué nos está generando esa decepción, puede ser el tener altas expectativas.

No es tarea fácil el no dejarse afectar por el ambiente negativo que te rodea, depende de ti el que querer tomar acción para proteger tu salud mental, emocional y física. Cuando la negatividad sale de uno mismo puede llegar a ser complicado el cambiar más no imposible, el hacer pequeñas acciones todos los días hará que sustituyas el mal hábito de ser negativo por otra hábito que sume a tu calidad de vida.

Fuente: Libro Piensa como un monje. Jay Sheety

¡DDC y rodéate de personas positivas y sobre todo SÉ UNA PERSONA POSITIVA!

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