Cinco hábitos para convertirte en una persona más segura

Ser una persona segura de sí misma no es algo que cualquiera logra, tenemos creencias, juicios , miedos y experiencias pasadas que no nos permiten tener la confianza que necesitamos para avanzar en nuestras proyectos, y terminamos culpando a las circunstancias por no vivir la vida que merecemos.

La confianza es un hábito y un músculo que debe entrenarse constantemente y desarrollarlo. Seguramente conoces a una o varias personas que son muy seguras de sí mismas, irradian esa confianza y probablemente quieres ser como ellas algún día. La seguridad va más allá de conceptos como: la educación, la forma de vestirse, de caminar o hablar ante un grupo de personas. La confianza surge desde el interior y se proyecta hacia el exterior. Si hoy no tienes la suficiente seguridad en ti y quieres aprender de las personas que sí la tienen, empieza por conocer lo que ellos hacen:

Estos son los 5 hábitos que practican y que los hace tener seguridad en sí mismos:

Hábito #1. Di SÍ y después investiga cómo hacerlo.

Cuando dices sí y después te encargas de investigar, te pones una presión positiva para hacer aquello con lo que te comprometiste. Cuando te piden hacer algo que no sabes y dices que no, te pierdes la oportunidad de aprender, cuando dices no, no tienes que crecer, definitivamente es mucho más cómodo quedarnos en la zona que ya conocemos, pero ahí nadie crece. Cuando dices SI creas la oportunidad de planear, ganas la oportunidad de desarrollar nuevas habilidades, de descubrir nuevos talentos que desconocías acerca de ti y de salir de tu zona de confort.

Richard Branson en su libro El estilo Virgin menciona esta frase: “Si alguien te ofrece una extraordinaria oportunidad, y no estás seguro si lo puedes hacer, di que sí y entonces aprende cómo hacerlo después. Aprende sobre la marcha. Las oportunidades son pocas”. Esta es una muy buena definición de confianza en uno mismo. La confianza no viene de “puedo hacer esto”, eso es presunción y soberbia, la confianza surge de “puedo APRENDER cómo hacer esto”.

Hábito #2. Di NO cuando está en contra de lo que valoras

No solo es importante decir sí, también es importante decir no cuando te piden hacer algo que va contra de lo que valoras, decimos sí cuando es una oportunidad emocionante para aprender y crecer. Si dices sí a algo que está contra de lo que valoras no te vas a sentir más seguro, te vas a sentir inseguro. Primero hay que saber qué es lo que valoras en tu vida, y las personas seguras de sí mismas tienen muy claro lo que valoran.

Una forma muy sencilla de saber qué es lo que valoras, es saber qué actividades realizas cuando no estás trabajando o cuando nadie te está viendo, ¿cuáles son tus prioridades?, ¿qué es lo primero que haces cuando tienes un tiempo libre,? ¿qué haces los fines de semana?. Te avientas un maratón de tu serie favorita, te pasas horas revisando tus redes sociales, duermes de más porque es tu forma de evadir tu vida.

Define lo que valoras en tu vida y vive de acuerdo a esas prioridades, cuando lo tienes muy claro estás dando un paso muy importante para tener más seguridad de ti mismo.

Decir NO no es fácil, pero decir NO protege tus futuros SI, si no te sientes a gusto aceptando algo entonces no lo hagas solo por el compromiso de quedar bien, a la larga resulta contraproducente. Decir no, no significa que vas más lento en el cumplimiento de tus sueños, y decir sí no siempre significa que vas a llegar más rápido a tu meta.

Esto es lo que hacen las personas seguras, hacen las cosas no solo por lograr algo, lo hacen porque es lo correcto.

Hábito #3. Trabaja en hacer realidad tus sueños

¿Tus metas son realmente tuyas o son tu de tus papás o tu pareja o tu familia o lo que la “sociedad dice que debes hacer”? . Perseguir un sueño que los demás quieren que cumplas te dejará con ansiedad, porque nunca te sentirás lo suficientemente exitoso, ni satisfecho ni mucho menos feliz.

Si los demás te consideran el más inteligente, el mejor negociador, la mejor mamá, y eso simplemente no es tu meta, entonces estarás dando gusto a los demás pero no a ti misma. Tal vez te perciben como la mejor vendedora en tu empresa pero en el fondo lo que realmente quisiste hacer desde que terminaste la universidad es viajar por todo el mundo trabajando como voluntaria y ayudando a los demás.

Una persona que no se siente reconocida por lo que realmente quiere ser en su vida no es una persona segura de sí misma. Hazte esta pregunta: ¿lo que haces ahora está alineado con lo que realmente quieres ser y estás en el camino correcto para lograrlo?

Hábito #4. Enfócate en mejorar, no en ser perfecto

Pensamos que la gente segura de sí misma se concentra en ser el mejor en todo, en ganar y en lograr todo lo que se propone. La gente con seguridad se enfoca en mejorar y crecer, podemos encontrar muchas historias de deportistas, emprendedores, personas como tu y yo que decidieron enfocarse en mejorar sus habilidades y trabajaron incansablemente para alcanzarlo y hoy son reconocidos por sus logros. Cuando persigues la perfección puedes sentir que ya lo lograste y quedarte ahí, o puedes sentir que nunca la vas a alcanzar lo que provoca una sensación de frustración y desánimo .

Cuando te enfocas en mejorar, puedes medir tus avances, te sientes motivado, emocionado por tus logros y eso te incentiva a seguir haciéndolo, enfócate en lo que puedes mejorar hoy, aunque no te sientas con la seguridad que necesitas ni tengas todo el conocimiento. Hazte estas preguntas: ¿Qué necesito aprender, como puedo mejorar, cómo puedo conseguir esas nuevas habilidades?

Hábito #5. Reconoce tus fortalezas

Todos somos buenos en algo, las personas inseguras se enfocan en sus debilidades y las seguras de sí mismas se enfocan en sus fortalezas. Si no sabes en qué eres realmente bueno es momento de autoevaluarse con estas preguntas: ¿qué te gusta hacer?, ¿qué es lo que los demás admiran de ti?, ¿con que te sientes realmente cómodo hacer?, ¿qué es lo que más se te facilita hacer?.

Este último hábito tiene mucha relación con el primero: Di SÍ y después investiga cómo hacerlo, mientras aprendes aquello a lo que te comprometiste realizar puedes hacer uso de tus fortalezas para compensar aquel conocimiento que necesitas adquirir. Por ejemplo, hace unos años me ofrecieron estar a cargo de un área en donde no tenía mucho conocimiento, puse en práctica el primer hábito y dije SI a esa oportunidad, mientras adquiría el conocimiento que necesitaba apliqué mis fortalezas: ser organizada, proactiva, preguntar hasta obtener una respuesta, enfoque en los resultados, escuchar qué se necesita para ofrecer soluciones.

Hoy te puedo decir que gracias a que decidí enfocarme en mis fortalezas y ponerlas en práctica mi curva de aprendizaje no fue tan complicada, nada fácil al principio pero con muchos aprendizaje y por supuesto crecimiento no solo profesional sino personal.

La seguridad en sí mismo no tiene nada que ver con la presunción, la seguridad se origina en nuestro interior y la presunción se basa en factores externos como el auto que conduces, las marcas de ropa que usas, la casa en la que vives. No estoy diciendo que tener cosas que nos gustan sea malo. Lo que no es correcto es que basemos nuestra seguridad en poseer cosas materiales.

¡DDC y ten plena seguridad y confianza en ti!

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