Cómo crecen las mujeres. Rompe los 12 hábitos que te detienen para conseguir tu próximo ascenso, promoción o trabajo

Hábito 7. La trampa de la perfección

Esforzarte para hacer todo a la perfección te ayudó para llegar a donde estás, pero será un obstáculo en tu camino hacia donde quieres llegar. Algunas de las razones son:

  • El querer siempre ser perfecta genera mucho stress para ti y para todos a tu alrededor, tienes expectativas tan altas que pocas veces se pueden cumplir y no son sostenibles.
  • Te mantiene estancada en los pequeños detalles y te distrae de ver el panorama completo que es una de las habilidades clave que se requieren para una posición de alto nivel jerárquico.
  • Te crea una mentalidad negativa porque te enojas por cada pequeño detalle que no sale de acuerdo a tus expectativas y eso te arruina todo el resultado. La negatividad no es una característica deseable en un líder.
  • Te mantiene decepcionada la mayor parte del tiempo, simplemente porque nada ni nadie es perfecto.

Las mujeres somos más propensas en caer en esta trampa de la perfección, tenemos la falsa creencia de que para seguir creciendo o mantenernos en donde estamos es que no debemos cometer errores y esperar que los demás tengan este mismo nivel de perfeccionismo en su trabajo.

Nuestro alto nivel de perfección se debe a dos razones: cómo fuimos educadas, nos han generado desde pequeñas este “deber” de cumplir y tener altas expectativas sobre lo que hacemos; y este comportamiento se acentúa cuando empezamos nuestra carrera profesional. Desde niñas somos recompensadas por ser obedientes y excelentes estudiantes y estos comportamientos se van reforzando con el paso del tiempo, tratamos de no cometer ningún error y hacer todo perfectamente bien.

En el ámbito profesional actuamos con miedo de cometer errores porque usualmente se penaliza con mayor dureza a las mujeres sobre todo en un ambiente mayormente masculino, las equivocaciones pueden verse como prueba de que no estamos lo suficientemente preparadas para asumir ciertos cargos. Todo esto contribuye a que el perfeccionismo se vuelva una nube inseparable sobre nosotras.

El costo de la perfección

Cuando tienes altas expectativas sobre ti misma, muy probablemente tengas esas mismas exigencias con los demás, esto puede hacer que tu equipo se sienta resentido por tu forma de tratarlos y por hacerlos sentir que nunca estarán a tu altura. El ser de esta forma conlleva un alta riesgo y costo que puede disminuir tu probabilidad de crecimiento.

Una de las características que más se valoran en un líder es tomar riesgos, una perfeccionista no se puede dar el lujo de hacerlo porque no está dispuesta a que algo esté fuera de su control y por consiguiente falle. El tomar riesgos implica estar abierta a la posibilidad de que algo puede fallar, aunque el riesgo sea calculado, no se tiene la absoluta seguridad del resultado. El deseo de ser perfecta, por el contrario, te mantiene enfocada en lo que está en tu control y esta actitud demuestra falta de confianza e inseguridad, dos conductas no deseables para un líder.

El perfeccionismo SALUDABLE

El impulso para ofrecer excelentes resultados es un talento enorme siempre que se puedan frenar las tendencias perfeccionistas. Las características de una perfeccionista SALUDABLE son: Tiene altos estándares pero sin llegar a ser controladora, sabe que la gente son seres humanos que cometen errores, no se enfoca en un algo pequeño que salió mal y no juzga todo el resultado basándose en ese error, se da cuenta de los detalles pero tiene un panorama más amplio del resultado esperado, es tolerante con la gente y deja pasar esas pequeñas partes que no salieron de acuerdo a lo planeado.

Dos de las características principales de una perfeccionista saludable son: Saber DELEGAR y saber PRIORIZAR

Las perfeccionistas les cuesta mucho delegar, debido a sus altos estándares consideran que nadie lo puede hacer tan bien como ellas, piensan que es una pérdida de tiempo estar monitoreando el trabajo de los demás por lo que prefieren hacerlo ellas mismas. Al actuar de esta manera te llenas de más trabajo del que ya tienes actualmente, además de que tu equipo sentirá que no puede hacer nada sin que lo hayas supervisado porque saben que no confías en ellos y que terminarás volviendo a hacer lo que ellos han avanzado.

Estar dispuesta a delegar se convierte en una habilidad de mayor importancia conforme vas creciendo a puestos de mayor jerarquía, tendrás más gente a tu cargo quienes son especialistas en lo que hacen y si tratas de hacer tu trabajo con toda seguridad fracasarás. Si tu respuesta es: “es más fácil si lo hago yo misma”, debes considerar que estas afectando tu potencial como líder y siempre estarás trabajando de más.

La raíz del problema de no poder delegar es no saber priorizar, no ubicar qué es importante y qué no requiere tu atención. Si siempre buscas la perfección vas a batallar con priorizar porque solamente te sientes cómoda cuando todo está correcto.

Si tienes tendencias a ser perfeccionista y quieres seguir creciendo en tu carrera, debes aprender a delegar, priorizar y sentirte cómoda con tomar ciertos riesgos. Esto creará menor estrés para ti y para los demás y demostrará que estarás lista para avanzar al siguiente nivel. La principal beneficiada serás tú si dejas de seguir cargando con la pesada e irrealista carga de querer ser perfecta.

¡DDC y arriésgate a equivocarte!

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