Cómo crecen las mujeres. Rompe los 12 hábitos que te detienen para conseguir tu próximo ascenso, promoción o trabajo

Hábito 9. Minimizarte

Si acostumbras tener el hábito de tratar de pasar desapercibida en un salón lleno de gente, permanecer en silencio por tu inseguridad de no saber si dirás algo incorrecto, o sentarte en las últimas filas cuando estás en una reunión de trabajo, debes considerar qué tanto te conviene comportarte de esta manera. Cuando permaneces en silencio, te encorvas, o tu misma te haces a un lado para que los demás sobresalgan, debilita tu habilidad para proyectar autoridad y poder.

No solamente los demás te ven minimizada sino que tú también empiezas a sentirte de esa forma. Eso pasa porque tu postura física manda un mensaje a tu cerebro diciéndole que no tienes derecho o no eres suficiente para estar en el lugar donde estás. No eres lo suficientemente importante y no perteneces aquí, otros merecen estar aquí. Así es como tu cerebro interpreta tu postura.

Otra forma de minimizarnos inconscientemente es con nuestra forma de hablar, solemos utilizar frecuentemente la palabra: disculpa, por ejemplo: “disculpa tengo una pregunta”, o “disculpa pero no entendí o “disculpa me puedes explicar nuevamente esto”, si eres de las personas que se disculpan excesivamente debes hacerlo consciente para evitarlo. También cuando decimos “esto no es importante pero…”, es otra manera de decir: no es importante lo que digo, con esto también te minimizas y das pauta a que los demás también lo hagan.

Nosotros en lugar de YO

Además de la forma en que utilizamos ciertas frases que inconscientemente dices y eso hace que los demás piensen que no eres importante, muchas de nosotras acostumbramos a utilizar la palabra “nosotros”, en lugar de “Yo”, y esto se hace más notorio en el ambiente profesional. Cuando se cumple exitosamente con un proyecto y nos preguntan cómo lo hicimos, inmediatamente respondemos: “hicimos las cosas de esta forma y funcionó muy bien”, o “aprovechamos los recursos que nos dieron e hicimos que se lograra el resultado”. Esto lo haces aún cuando describes un logro que fue solo tuyo, usas el plural porque quieres verte educada e inclusiva. Esto puede ser políticamente correcto, pero solo sirve para minimizar tu trabajo.

Además de subestimar tus logros, hablar en plural puede generar confusión sobre cuál fue tu aportación en el trabajo que se realizó, ¿lo lideraste?, ¿cuál fue tu participación para el resultado que se dió? o ¿alguien más aportó un recurso muy valioso y por eso se logró el objetivo?.

Cuesta mucho trabajo resaltar lo que una aporta, principalmente porque la creencia es que si hablamos de nuestros logros entonces somos soberbias.y presumidas, y por supuesto nadie quiere que se le considere de esta forma. La solución para hablar de tus contribuciones a la meta que se acaba de cumplir es dar el crédito que le corresponde a cada persona del equipo que colaboró y cómo los apoyaste y dirigiste sus esfuerzos. De esta manera reviertes el efecto de parecer soberbia y das el crédito correspondiente a tus colegas.

Si tienes un jefe que no tiene problema en hablar sobre sus propios logros y te escucha hablar sobre los buenos resultado del equipo, muy probablemente pensará que no tuviste nada que ver con el objetivo que se cumplió. No tiene nada de malo en hablar sobre lo que tú contribuiste y sí ayuda mucho para que la percepción que se tiene sobre tu trabajo sea la mejor.

Proyecta una presencia fuerte

Ya sea que uses palabras o actúes de una forma que minimiza tu presencia o tus contribuciones, estás demostrando inseguridad sobre tu derecho a estar donde estás. El dudar sobre el lugar que te has ganado hace pensar a los demás que no tienes la capacidad para proyectar con tu presencia todo lo que sabes. Pero, ¿Cómo proyectar esta presencia fuerte?

No consiste en la forma en que te vistes o te maquillas o las marcas que usas, ni siquiera tiene que ver con el tono de voz que utilizas o la forma en que estrechas la mano de los demás. El componente principal para proyectar una fuerte presencia radica en la capacidad de estar totalmente PRESENTE en el momento.

Presente al momento de hacer una tarea, cuando tienes una conversación con alguien, presente en el momento exacto cuando surja una oportunidad. PRESENTE PARA TU PROPÓSITO MÁS GRANDE. Hay una razón importante por la que presente y presencia son dos palabras íntimamente relacionadas.

En el mundo de hoy, estamos saturadas de información las 24 horas del día y los 7 días de la semana, cada vez resulta más complicado estar plenamente presente en el momento que estamos viviendo, para nosotras se vuelve más complicado, múltiples actividades hacen que nuestra atención se divida en varias cosas y actividades a la vez. Para atender tanto la casa como la oficina, se requieren habilidades que pareciera que cada día corremos un maratón. Pensamos que mientras más cosas hagamos al mismo tiempo podemos acabar más rápido, sin embargo, esta forma de actuar tiene un alto costo: perdemos la capacidad de concentrarnos.

Cada vez se vuelve más retador el estar presente tanto física como mentalmente en la actividad que estamos realizando y mientras más crecemos profesionalmente y adquirimos mayores responsabilidades se vuelve más complicado concentrarse en lo que se está haciendo.

Con tantos distractores que tenemos todos en el día a día, estar presente se ha convertido en una habilidad importante que te puede ayudar a diferenciarte de todos los demás, y muy probablemente la gente te recuerda como la persona que lo escuchó con atención y supo cómo ayudarlo a resolver una situación particular. Otra ventaja de estar presente, es que te conviertes en una persona empática, una cualidad muy apreciada en los líderes, y te permite generar mejores relaciones con personas que te pueden ayudar en un futuro a seguir creciendo.

Otra ventaja de estar totalmente presente es que hace ver a las mujeres con más credibilidad acerca de lo que dice y le da una mayor autoridad, si quieres ser ese gran líder que tu compañía o tu equipo necesitan, deberás aprender la habilidad de estar presente. Esta capacidad se ejerce cuando liberas tu atención de todo lo que te distrae para estar totalmente inmersa en lo que tienes enfrente en este momento.

Para estar presente se debe eliminar la falsa creencia de que las mujeres somo expertas en ser multitareas, si consideras que dominas esta forma de trabajar probablemente estás convencida de que eres muy eficiente, pero a un costo muy alto. No puedes hacer dos cosas al mismo tiempo y prestar el mismo nivel de atención a ambas actividades. Además, el vivir siendo multitareas conlleva a estar exhausta todo el tiempo, y otra consecuencia es que da la impresión de que tu trabajo no es el mejor porque no eres capaz de enfocar toda tu atención en una sola cosa a la vez y eres más propensa a cometer errore.

La buena noticia es que ninguna de estas conductas son inherentes a ti, es solamente un hábito que lo puedes modificar. Estos comportamientos como minimizarse o no poner plena atención para estar presente, no necesariamente tienen que ser inseguridades profundamente arraigadas en tu personalidad, simplemente son formas de responder que aprendiste con el paso de los años, tal vez te ayudaron en el pasado, pero ahora pueden desestimar tus esfuerzos por seguir creciendo. Supéralos y te sorprenderás de los resultados.

¡DDC y haz que tu presencia se note donde sea que estés!

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