Cinco formas de mejorar tu inteligencia emocional

El escritor Daniel Goleman, autor de “La inteligencia emocional” la define como: “La capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones”. Aprender a manejar nuestra inteligencia emocional es crucial para nuestro desarrollo personal y profesional ya que influye en nuestras relaciones, toma de decisiones y bienestar general. La calidad de nuestra vida es igual a la calidad de nuestras emociones, y si éstas son negativas el 90% del tiempo porque no sabemos cómo manejarlas, muy seguramente la calidad de nuestra vida estará lejos de ser positiva.

Afortunadamente la inteligencia emocional no es una virtud con la que nacemos, sino que es una habilidad que se puede aprender y desarrollar con el paso del tiempo. Estas son algunas formas para desarrollarlas:

1. Autoconciencia: Empieza por estar más en sintonía con tus propias emociones. Presta atención a cómo te sientes en diferentes situaciones y por qué. El llevar un diario puede ser una herramienta útil para la autorreflexión, entenderte y saber identificar patrones de conducto y lo que desencadena el que te sientas enojada, frustrada, estresada o cualquier emoción que no te ayuda a estar bien.

2.Calibración: Una vez que seas consciente de tus emociones, esfuérzate por calibrarlas adecuadamente. Las 3 palancas con las que cuentas para calibrarlas son: tu fisiología (cómo te paras, cómo está tu cuerpo cuando estás triste o enojado), el hacer un cambio en tu fisiología como parándote derecha, adoptar la pose de super héroe te ayudará a mejorar tu estado anímico. La segunda palanca es tu enfoque (lo que piensas, hacia donde está tu atención), si constantemente piensas en lo que no tienes vs en lo que sí, predominarán las emociones de angustia, enojo, frustración, pero si te enfocas en todo lo que hoy tienes en tu vida podrás adoptar emociones más positivas. Y la tercera palanca es tu lenguaje (las palabras que te dices, cómo te expresas sobre la situación que estás viviendo), si dices que todo es un problema, tu vida estará llena de problemas, en cambio si te dices que tu vida está llena de oportunidades verás todo de una manera completamente diferente.

3. Empatía: Se logra al desarrollar la capacidad de comprender y empatizar con las emociones de los demás.  Cuando escuchas activamente, reconoces las emociones de los demás, es decir prestas atención a las señales no verbales como las expresiones faciales, el lenguaje corporal y el tono de voz para comprender cómo se sienten los demás. El tener esta conciencia en cada interacción que tengas con los demás te ayudará a conectar con ellos de forma auténtica y a fomentar relaciones más profundas.

4. Resiliencia emocional: La resiliencia es la capacidad de adaptarte a una situación adversa, para lograr esta habilidad hay que considerar los desafíos como oportunidades de crecimiento y aprendizaje, y cuando se logra este nuevo enfoque el estado anímico es diferente.

5. Practica la empatía y la compasión hacia ti misma: Recuerda extender hacia ti la misma empatía y compasión que ofreces a los demás. Trátate con amabilidad, perdona tus errores y prioriza el cuidado personal. Cultivar la autocompasión es esencial para desarrollar la resiliencia y mantener el bienestar emocional

Mejorar tu inteligencia emocional es un viaje que requiere autoconocimiento, práctica y dedicación. El incorporar estas estrategias en tu vida diaria, puede mejorar tu capacidad para comprender y gestionar las emociones de forma eficaz, lo que te llevará a una mayor satisfacción tanto en tus esfuerzos personales como profesionales.

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