¿Qué harías si hoy fuera el último día de tu vida?
He leído mucho sobre que en el lecho de muerte no nos vamos a arrepentir por las horas que dejamos de trabajar, por ese proyecto que no logramos concluir, por la casa o el auto que no compramos, sino que nos vamos a arrepentir de cuantas horas dejamos de disfrutar con nuestra familia por perseguir la meta de la compañía, la meta del área donde trabajas, la meta de tus papás, de tu pareja, etc. Trabajas tanto para alcanzar algo que ni siquiera tú te propusiste.
¿Como puedes saber qué es lo que quieres hacer con tu vida? Yo creo que aunque tengas 20, 30, 45 o 60 años de edad nunca es tarde para decidirte que es lo que quieres lograr.
Mucha gente piensa que por el hecho de tener responsabilidades como una casa que mantener, familia que depende de ti, tarjetas de crédito y cuentas que debes pagar, no tienes la posibilidad de alcanzar tus más grande sueños.
Creo firmemente que cuando uno encuentra lo que verdaderamente quiere hacer con su vida, y al mismo tiempo ayuda a los demás con aquello que le apasiona hacer, los ingresos vienen por añadidura. Cuando estas convencida de que lo que estás haciendo es lo que te llena y te hace feliz, serás exitosa y por consiguiente atraerás la riqueza económica
Pero, ¿porque nos da tanto miedo dar ese gran paso?, el hecho de salir de tu zona de confort para entrar al terreno de lo desconocido, es sumamente terrorífico.
Cuando somos pequeñas queremos descubrir todo lo hay afuera, no nos importan los riesgos ni los peligros, sabemos que ahí estará papá y mamá para protegernos, pero, ¿qué pasa cuando no tienes la consciencia de que están tus padres ahí para cuidarte? No te importa y sigues tomando riesgos porque no sabes lo que significa la palabra miedo, porque no sabes lo que significa el tener miedo a que te tropieces, a hacer el ridículo, miedo a que se rían de ti, miedo a lo que los demás piensan. Cuando eres una niña no tienes miedo a fracasar, no le temes a nada.
¿Qué pasó con esa niña que no tenía miedo a nada? Creció y se hizo a la forma de su entorno, escuchando lo que los mayores decían: debes estudiar para ser alguien en la vida, debes buscar un trabajo donde ganes un buen sueldo, debes casarte, formar una familia, cuidar a tus hijos y a tu esposo, ser una buena esposa, una buena mamá… y fin de la historia
¿Y qué pasó con los sueños? Se fueron muriendo poco a poco hasta que se te olvidaron por las obligaciones del día a día. ¿Qué diría la niña que fuiste sobre el adulto en que te has convertido? ¿Se sentiría orgullosa, triste, frustrada, feliz, decepcionada?
Estoy segura que estás pensando algo como esto en este momento: claro, con esta economía en la que vivimos, el gobierno que tenemos, el dinero que no alcanza, tengo una familia que mantener, mis hijos son pequeños, etc, etc, etc . ¿Cómo voy a ocuparme de cumplir los sueños que tenía de niña? Mejor sigo trabajando y me dejo de tonterías
¿Cuantas veces te has repetido lo mismo? Y si sigues repitiéndote lo mismo en unos 5, 10 o 20 años te sentirás muy probablemente te sentirás más frustrada que ahora, realmente ¿eso es lo que quieres de tu vida? No tengo que decirte que tenemos solo una vida y el tiempo que pasamos en la tierra es finito, aunque a veces creemos que nunca nos vamos a morir.
Pensando en todo esto, ¿que esperas para poner en marcha tus sueños? ¿Porque esperar a que tus hijos se gradúen, o a que te retires, o a que tengas tiempo, o a que cambies de trabajo, o a que te cases, o a que te divorcies? Pretextos hay miles, pero el mundo no se hizo de pretextos, se hizo de gente que a pesar de todos los obstáculos creyó en sus sueños y los hizo realidad
Todos los seres humanos nacimos con la grandeza en nuestro interior, pero conforme vamos creciendo esa grandeza se va a apagando hasta convertirse en una pequeña flama esperando que la vuelvas a alimentar.
¿Qué te detiene realmente de convertirte en esa persona realizada, feliz, llena de energía e impaciente de que amanezca para seguir logrando tus sueños? Tu tienes la respuesta, pero sé sincero contigo misma, muchos de los obstáculos que te pones son imaginarios y provienen de un lugar en tu interior que se llama MIEDO.
Esa pequeña pero gran palabra que nos detiene a convertirnos en lo que realmente podemos llegar a ser, el miedo de fracasar, del que dirán, de no acertar a la primera, de perder nuestra comodidad y seguridad, de no ser suficiente, de perder ese mundo que conocemos, que aunque no sea el mejor es nuestro.
¿Sabías que tus creencias limitantes no son más que mentiras que tus miedos te vendieron? (esta frase es de uno de mis autores favoritos Robin Sharma).
Reflexiona sobre esto, ¿qué obstáculos son verdaderos y cuales fueron creadas a partir de tus miedos? Yo creo firmemente que cuando esté en mi lecho de muerte de lo único que me arrepentiré es de no haber comenzado a disfrutar más temprano en mi vida de todas las cosas que ella me ofrece y que no cuestan absolutamente nada.
¿Y tú, de que te arrepentirías si hoy fuera el último día de tu vida?
¡DDC y empieza a construir esos momentos que te llevarás cuando ya no estés aquí!